miércoles, 1 de enero de 2014

Identitario Sur - Juan Pablo Vitali - Identidatarismo Criollismo




Dos grupos humanos procedentes del mismo tronco construyeron lo que hoy, de pura casualidad o porque no tiene sentido para quienes la utilizan y saquean cambiarle de nombre, se sigue llamando Argentina.

Esos dos grupos fueron los antiguos descendientes de españoles y las inmensas oleadas de europeos arribados desde siempre al país, pero en forma absolutamente masiva desde mediados del siglo XIX hasta mediados del XX. Todo aquí lo hicieron ellos. No había nada antes y no habrá nada después.



Los criollos fueron asesinados y perseguidos por el imperio londinense, que convirtió poco a poco a la misma Inglaterra y a los anglosajones en un enclave ajeno a su propia y más antigua identidad, abandonándolos también a ellos como pueblo a la implacable voracidad de la globalización.

Nuestros abuelos y bisabuelos fueron el final de nuestra cultura, porque así como nada había antes, nada encontraremos cuando busquemos algo distinto detrás o delante de ellos en este mismo lugar.



Llevo ya demasiados años defendiendo una patria que no quiere existir y cuyos habitantes casi en su totalidad responden a un total vacío de conciencia política y cultural. Ya fue suficiente. Algo más debe existir, para que una persona pueda asumir una causa superior y colectiva.





Estamos desperdigados, asediados, en ocasiones desmoralizados. Pero los dioses no dejan de existir porque las personas no sean conscientes de su existencia. Del mismo modo existe un pueblo eurodescendiente que mantiene los valores de su cultura, su forma de ser; aunque nos digan que en cada nación de origen quedará poco de él. No será entonces la lucha en cada nación por separado, sino en todas las naciones donde quede algo de nuestra voluntad y de nuestra conciencia, lo que nos salvará.

Antes pensaba que lo ocurrido a la Confederación sureña norteamericana me era ajeno. Ahora sé que fue tan determinante para mi propia historia, como lo ocurrido en las llanuras de Argentina.



Antes pensaba que los boers estaban rodeados, pero que nosotros aquí continuaríamos siendo una mayoría. En eso también estaba equivocado.
 
Antes no me interesaba tanto lo que ocurría en el Sur de Brasil o en las distintas regiones de Chile. Antes no me apasionaba tanto por saber qué está ocurriendo en Australia o en Rusia. Ahora sé que cada cosa negativa que ocurra en cada lugar donde esté en peligro nuestra gente, será una batalla perdida tanto para ellos como para mí.


Cuando digo Sur no me refiero a una situación geográfica, sino a unas coordenadas identitarias que están atadas entre sí. Me refiero a un gran pueblo que es en esencia el mismo, porque su cultura y su forma de ser son análogas. Y porque –ahora lo sé bien- su destino común será el mismo en cuanto a su supervivencia o su extinción.

Nuestro destino está en la unión. Sólo la unión nos hará lo suficientemente fuertes para resistir.

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